¿Cuántas veces te has sentido culpable por no cumplir con tus metas?, ¿Alguna vez has sentido que no concretas los planes que tienes y los has dejado a un lado?
Lo primero que debes hacer es dejar de culparte, todos en algún momento hemos dejado sueños u objetivos sin concluir, así que primero perdónate por lo que hayas dejado de hacer antes y enfoquémonos en lo que viene a partir de ahora.
El ser constantes en alcanzar nuestros objetivos, no debe de ser ni doloroso, ni una lucha diaria ante la vida, al contrario, debe ser algo que nos haga sentir satisfechos y motivados con cada paso que damos. La clave para que sea así, está en tener claro si nuestras metas son impuestas por algo o alguien más, o si realmente son metas y objetivos que deseamos cumplir, que son parte de nuestro propio plan de vida.
La clave para ser constantes, está en elegir la mejor forma de vida que queramos, lo que te motiva, lo que te inspira, lo que realmente quieres lograr por ti y para ti. Teniendo claro esto, te facilitará la integración de los hábitos que te llevarán a cumplir dicha vida.
Los hábitos los solemos ver como un sacrificio, como obligaciones, y es ahí, donde podemos sentir que vamos contracorriente y no los asimilamos como realmente son, que no son otra cosa que los pasos, herramientas y las actividades que se volverán costumbres para acercarnos cada día más a los objetivos de nuestro plan de vida, ese plan que deseamos cumplir.
La constancia tiene que ver con recuperar tu libertad, que es la capacidad de controlarte a ti mismo, y el control de nosotros mismos nos ayuda a encontrar nuestras motivaciones, lo cual nos va a ayudar a integrar nuestros propios hábitos, y mientras más hábitos tenemos, más libres seremos. Por ejemplo, si tu meta es ser más saludable, porque realmente es lo que tu deseas, vas a comenzar a buscar el control de tus propios hábitos alimenticios, e incluso vas a incluir otros hábitos como el ejercicio, el dormir mejor, etc. Y mientras más lleves a cabo estos hábitos, te sentirás dueño de tu propio plan de vida saludable, el cual es tu motivante; sin embargo, si tu plan es ser saludable porque te sientes obligado a serlo, ya sea por tu familia, o por el médico, difícilmente serás constante en este objetivo, para ello debes encontrar los beneficios que te traerá alcanzar dicho objetivo para integrarlo como un motivante, y no como una obligación. No es el hecho de que alguien te diga qué debes hacer, si no que identifiques el beneficio propio que te traerá el hacerlo.
Poco a poco, decide por dónde quieres que vaya tu vida, qué metas quieres cumplir, qué beneficios te traerá el cumplir tu plan de vida, y se consciente que fallarás en el camino, porque la vida no es lineal, fallarás en ser constante algún día, pero cuando eso pase, retomarás el siguiente día y empezarás el conteo desde 0, hasta que el hábito quede instaurado en tu estilo de vida y llegues a hacerlo de forma sistemática.
Te recomiendo que para ser constante:
- Tengas un plan y vayas midiendo tu avance.
- Identifiques los beneficios que tendrás en el cumplimiento de tu plan.
- Elimines las tentaciones sobre todo al inicio.
- Cuando consigas las cosas, empieza a premiarte, ten recompensas
- Pon varios hábitos a la vez que estén relacionados a tu plan; cuando solo integramos un hábito nuevo para alcanzar nuestro objetivo, difícilmente lo llevaremos a cabo, ya que es ajeno a nuestras actividades diarias.
No sufras la constancia, como diría Pitágoras, “Elige la mejor manera de vivir; la costumbre te la hará agradable”