Ésta es la pregunta que toda organización se ha hecho en algún momento, principalmente las empresas PyMES, y es que cuando de invertir dinero se habla, se deben de delimitar las prioridades que existen para que la empresa sea productiva y genere los resultados financieros que se esperan.
Mucho se ha dicho de que el factor humano es el elemento clave para alcanzar dichos resultados, sin embargo, la pregunta es ¿cómo podemos fortalecer nuestro capital humano y formar un equipo estable contra las necesidades que nos exigen mayor inversión económica para que la operación de la empresa siga funcionando?
Podemos caer en el círculo vicioso de no invertir en nuestro personal, ya que la operación nos exige más atención, lo cual puede llevarnos a no contar con colaboradores preparados y motivados, que a la vez afecta a la operación de forma directa; esto implicaría inyectarle más recursos financieros a lo operativo y seguir teniendo los mismos resultados negativos, e incluso pérdidas económicas, rotación de personal constante, pérdida del poco capital humano productivo y experto que pueda haber por búsqueda de mejores oportunidades, etc.
Pero la cuestión más importante es, ¿y que estrategias debo implementar en mi organización para que esto no suceda?, y si ya sé que mi personal es importante, pero económicamente no tengo la capacidad para impartir talleres todo el tiempo que me implica gastar para traer a los expertos en los temas, o tengo la capacidad económica pero no sé cómo invertirla ¿qué debo hacer?
El primer paso para hacer una buena estrategia de recursos humanos, es comenzar a hacer un diagnóstico que nos permitirá identificar cuáles son realmente las áreas de oportunidad que existen y poder priorizarlas, de tal forma que se pueda planear con ello los recursos financieros a invertir, el resultado esperado y evitar gastos innecesarios.
¿Y por qué el diagnóstico? Sencillo, ¿qué pasaría si pagas un curso de liderazgo (que aparte estaba fuera de lo previsto en tu presupuesto) porque tus gerentes no dan los resultados esperados en sus áreas, y después de ello siguen dando los mismos resultados? Por supuesto te molestarás e incluso te sentirás defraudado. Si se hubiera hecho un diagnóstico se habría detectado la razón de sus resultados, que tal vez no era que no contaran con las herramientas de liderazgo; ¿y si solo tenías que definirle a cada uno sus funciones, hasta donde les correspondía hacer y qué resultados debían de entregar? Eso te habría ahorrado costos y tiempo.
Cuando sabemos exactamente cuáles son nuestras áreas de oportunidad, podremos tomar las mejores decisiones que vayan a la medida de nuestros recursos económicos permitiendo que lejos de ser gastos, se vuelvan inversiones adecuadas a nuestra organización.
Hay diferentes métodos para realizar un diagnóstico, lo ideal, es acudir a un experto en el tema, que sepa exactamente que hay que investigar, dónde y cómo hacerlo.
Recuerda que la clave de invertir es primero conocer con qué cuentas y hacía donde quieres llegar, no sólo en el valor de tu empresa, sino en el valor de los que la integran.