En los últimos años en diversas organizaciones, he observado la ventaja competitiva que representa el conocer verdaderamente las fortalezas de los colaboradores y armar grupos de trabajo con un alto rendimiento. El tema de fortalezas resulta en ocasiones trillado, ya que se habla regularmente de lo mismo, responsable, líder, honesto, excelente servicio, y en otras ocasiones las consideramos así porque algunas personas nos las han hecho resaltar, o son la creencia que tenemos de nosotros mismos, aunque no en todas las ocasiones los demás logren verlas.
Pero tener la certeza de ellas con algo tangible, pensando ¿Cuáles son esas fortalezas que me hacen único(a)? ¿Cuáles fueron esos talentos que con el paso del tiempo y con destreza y conocimiento se fueron forjando en fortalezas? Todo eso te ayudaría a ser aún más efectivo como líder y como persona. Ahora piensa en la importancia de saber cómo se aglutinan, ¿Se van hacia la obtención de resultados? ¿Hacia la estrategia? ¿o se enfocan en construir relaciones o en la influencia en los otros? Parece algo simple, pero saber exactamente hacia donde la naturaleza inclina tu balanza, hace que el trabajo, las relaciones, los objetivos, los proyectos y los retos, los resuelvas de la mejor manera.
Lo mismo pasa cuando tienes un equipo bajo tu liderazgo, conocer a fondo como operan en lo individual y en el colectivo, te brinda la oportunidad de acomodar las estrategias, los roles, las responsabilidades y las tareas, logrando un equipo de alto rendimiento, ¿sabes por qué? Porque cada uno está donde se aprovechan mejor sus fortalezas, donde cada parte del todo se le ha encargado al mejor para ello, haciendo lo imposible en tiempo récord, logrando resultados de manera tangible, pero al mismo tiempo teniendo a la gente motivada y sintiéndote motivado también como líder. Esa es la gran diferencia cuando gestionas basado en fortalezas, cuando dejamos atrás los prejuicios y las etiquetas de las personas y aprovechamos sus talentos en vez de tratar una y otra vez de mejorar una debilidad, que, si a nivel neuronal no se ha desarrollado, difícilmente habrá un logro sustancial.
Una vez que conoces tus fortalezas y las de los demás, emprendes un viaje sin retorno, un viaje donde se maximizan los esfuerzos, donde se logra un incremento substancial en la productividad y el impacto en la organización es mayor al que se ha logrado hasta el momento. Si quieres conocer más acerca de las fortalezas, ¿Cómo medirlas?, ¿Cómo aglutinarlas?, ¿Cómo trabajarlas en el colectivo?, llámanos, con gusto platicamos más acerca de ello y estoy seguro que como muchos de nuestros clientes, encontrarás la fórmula que estabas buscando para explotar al máximo el potencial que hay en tu organización.
Autor: Alejandro Ugalde / Director Asociado de Essenzialudika
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