Tu vida laboral y personal pueden estar afectadas en estos momentos, impactando tus emociones e incluso tu relación familiar. Para afrontarlo, lo adecuado es encontrar un equilibrio entre ambas. Al sufrir cambios en una de ellas, afectamos directa o indirectamente a la otra.
No solo los cambios bruscos nos afectan a nosotros, sino también a nuestros seres queridos. Probablemente has tenido o estás teniendo pérdidas (la muerte de un familiar, el trabajo, la pareja, e incluso la sensación de pérdida de la seguridad o la felicidad, etc.). Cada uno de nosotros contamos con mecanismos muy personales para el manejo de estas pérdidas, sin embargo, no solo debes ser consciente de tu duelo, sino del duelo que están viviendo tus seres queridos, ya que el cambio repentino por el que estás atravesando, también les afecta a ellos.
Probablemente has escuchado que es momento para tener un mayor acercamiento familiar, pero ¿sabes cómo tener ese acercamiento?, ¿cómo acercarte a tu hijo, independientemente de su edad?, ¿cómo crear un ambiente de comprensión entre tu pareja y tú?... ¿sabes cómo ser un agente de transición para que esto que estén atravesando, no afecte ni deje secuelas graves en tus seres queridos?
Todo incidente crítico, sea cual sea, produce cambios emocionales, y lo primero que debemos entender, es que este proceso es transitorio. Definir si será complejo o no, dependerá de cómo lo manejemos, de los mecanismos que estemos utilizando y la forma en que ayudaremos al mismo tiempo a los nuestros para afrontarlo, ya que cada uno lo vivirá de forma diferente. No es lo mismo la manera en que un niño sufre la pérdida de un ser querido, a la forma en que nosotros como adultos lo hacemos; o como vivimos el incidente de perder nuestro trabajo cuando estamos a cargo de nuestra familia, y la forma como lo vive nuestra pareja o nuestros hijos.
¿Cómo puedo resolverlo?
Como primer punto, debes trabajar en tus propias emociones antes de poder intervenir con los tuyos; identifica lo que estás sintiendo ante la pérdida o el cambio repentino. El reconocer tus emociones te ayudará a definir las acciones para equilibrarlas, y con ello, analizar lo que estás viviendo para tomar las decisiones más adecuadas en ese momento.
Cuando hayas identificado tus emociones, te será más fácil comprender las de tus seres queridos. El cómo intervengas con ellos, determinará si la relación se verá más desgastada o estresante de lo que ya estaba; o si se fortalecerá y será un refugio de consuelo ante lo vivido.
Esta intervención está conformada por algunas fases indispensables, principalmente cuando intervenimos con niños.
Fases para afrontar mejor los momentos de crisis
1ª Fase - Contener: Esta fase se trata de la forma de acercarnos a nuestros seres queridos para que sepan que estamos ahí para ellos. Dependerá de su edad y su personalidad el cómo vamos a realizar este acercamiento. Esta fase implica que les ayudemos a manejar sus reacciones de tal forma que no se hagan daño así mismos; por ejemplo, si requieren llorar, gritar, abrazarnos, será importante que lo hagan.
2ª Fase - Calmar: Implica ayudarlos a relajarse, hablarles con voz suave, o dependiendo la edad, les contemos un cuento, les dejemos descansar, les demos un baño relajante, etc. Mientras más tranquilo y sereno se esté, más podremos ayudar a los niños en casa a llevar el proceso.
Cada familia es diferente, y debemos encontrar las herramientas con las que se cuentan para poder afrontar la crisis.
Si quieres conocer el resto de las fases y cómo intervenir para el manejo de los cambios repentinos que estén viviendo tú y/o tus seres queridos, puedes contactarme, soy psicóloga y una de mis especialidades es brindar Primeros Auxilios Psicológicos. Puedes agendar una sesión de Zoom conmigo, donde te ayudaré a resolver estos temas.
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